Mantener una piscina en condiciones óptimas no solo garantiza una experiencia de baño agradable, sino que también previene problemas de salud y protege la estructura de la piscina. Para ello, es fundamental el uso de productos químicos que permitan equilibrar el agua, eliminar bacterias y evitar la proliferación de algas. A continuación, te explicamos cuáles son los químicos esenciales y cómo utilizarlos correctamente para mantener tu piscina cristalina y segura.

Cloro: Desinfectante Principal

El cloro es el producto químico más importante para el mantenimiento de la piscina, ya que elimina bacterias, virus y otros microorganismos que pueden causar enfermedades. Se presenta en diferentes formatos:

  • Cloro líquido: Fácil de dosificar, pero con una vida útil corta.
  • Cloro en pastillas: Ideal para una liberación lenta y prolongada.
  • Cloro granulado: Rápido y eficaz para tratamientos de choque.

Es fundamental mantener un nivel de cloro libre entre 1 y 3 ppm (partes por millón) para una desinfección efectiva.

Reguladores de pH: Equilibrio del Agua

El pH del agua debe mantenerse en un rango de 7.2 a 7.6 para garantizar la efectividad del cloro y evitar irritaciones en los ojos y piel de los nadadores. Para ajustar el pH, se utilizan:

  • Incrementadores de pH (pH+): Se emplean cuando el pH es inferior a 7.2.
  • Reductores de pH (pH-): Se utilizan cuando el pH supera el 7.6.

Un pH desequilibrado puede reducir la eficacia del cloro y favorecer la aparición de algas y bacterias.

Floculantes y Clarificadores: Agua Transparente

Con el tiempo, las partículas suspendidas en el agua pueden volverla turbia. Para solucionar esto, se utilizan:

  • Floculantes: Agrupan las partículas diminutas para que sean eliminadas por el sistema de filtrado.
  • Clarificadores: Mejoran la transparencia del agua sin afectar el equilibrio químico.

El uso regular de estos productos garantiza un agua más limpia y cristalina.

Reguladores de pH: Equilibrio del Agua

El pH del agua debe mantenerse en un rango de 7.2 a 7.6 para garantizar la efectividad del cloro y evitar irritaciones en los ojos y piel de los nadadores. Para ajustar el pH, se utilizan:

  • Incrementadores de pH (pH+): Se emplean cuando el pH es inferior a 7.2.
  • Reductores de pH (pH-): Se utilizan cuando el pH supera el 7.6.

Un pH desequilibrado puede reducir la eficacia del cloro y favorecer la aparición de algas y bacterias.

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